*24.42.-Cometen con Petro el mismo error que cometieron con Trump – ALVARO FORERO
*Atrapados y presos en Bogotá – GERMÁN VARGAS
*El FMI pide a los países pobres que paguen los platos rotos del resto – JOSEPH E. STIGLITZ
Las finanzas del Fondo son robustas; en cambio, las de países como Pakistán o Ucrania no lo son
MARAVILLAS DELGADO
Un grupo de 22 países en dificultades financieras, entre ellos Pakistán y Ucrania, se ha convertido en la mayor fuente de ingresos netos del Fondo Monetario Internacional (FMI) en los últimos años, con pagos que exceden los costes operativos del Fondo. La institución encargada de brindar el bien público global de un sistema financiero internacional que funciona correctamente, en realidad, les está pidiendo a los países que prácticamente no pueden pagar sus propias cuentas que paguen los platos rotos del resto del mundo.
5 oct 2024.- Este estado de situación indecoroso es el resultado de la política de sobrecostes del FMI, que impone honorarios adicionales a los países que exceden los umbrales de la cantidad o del plazo de su endeudamiento con el Fondo. Imponer sanciones a países como Ucrania, devastada por la guerra, o Pakistán, un país de ingresos medio-bajos donde las inundaciones hace dos años sumergieron un tercio de su territorio, parece algo poco ético para la misión del FMI: mantener la estabilidad del sistema financiero global.
Los sobrecostes ni garantizan el pago ni protegen las finanzas del FMI. Su principal efecto es incrementar la carga de los pagos de deuda precisamente cuando los países no pueden asumirlos, contraviniendo el propio fundamento de la institución multilateral, que fue creada para brindar financiación contracíclica.
Peor aún, los sobrecargos se han vuelto mucho más onerosos para los países endeudados en los últimos años y, así, mucho más difíciles de justificar. En 2020, 10 países pagaban estos honorarios al FMI; en 2023, con la crisis de la covid-19, la guerra ucraniana y los tipos de interés en alza, esa cantidad había subido a 22. Y, más importante aún, la tasa básica del FMI aumentó de menos del 1% a cerca del 5%, haciendo subir el tipo de préstamo total para quienes pagaban sobrecargos hasta el 7,8%. No sorprende que a estos países les cueste salir de las crisis de deuda. Es hora de poner fin a estos pagos extra.
Los defensores de los sobrecostes sostienen que los honorarios adicionales desalientan a los deudores de endeudarse excesivamente con el FMI. Pero este argumento de riesgo moral ignora que los préstamos exigen la aprobación del Directorio Ejecutivo del Fondo, que podría rechazar las solicitudes frívolas, y pasa por alto el hecho de que los intereses extras vuelven a los países más dependientes del FMI, no menos.
El FMI es un acreedor privilegiado, lo que implica que los países deben pagarle al Fondo antes que a cualquier otro acreedor. La acumulación de sobrecostes por encima de lo que los países ya deben les exige dedicar más divisas extranjeras, ya de por sí escasas, a pagarle al FMI, limitando su capacidad de acumular reservas de moneda extranjera, y volver a ganar acceso a los mercados de capital internacionales. En este contexto, muchos países no tendrán otra opción que seguir dependiendo del crédito del Fondo para pagar sus préstamos previos con el FMI.
Pero, más allá de las particularidades de la condición de acreedor privilegiado del FMI, los sobrecargos son inherentemente procíclicos. Los factores externos, como los tipos de interés en alza, los shocks de los precios de las materias primas, las monedas sobrevaluadas y los eventos de clima extremo, muchas veces llevan a los países a pedir prestadas sumas importantes al Fondo. De la misma manera, la capacidad de acceder a los mercados de crédito internacionales y pagarle al FMI “antes” depende, en gran medida, de las condiciones financieras globales, también un factor externo. En un contexto internacional adverso, aumentar las obligaciones de los países que sufren crisis de deuda va en contra del objetivo de restablecer trayectorias de crecimiento estables.
Quienes defienden los costes extras también sostienen que son necesarios para fortalecer los resguardos financieros del FMI. Pero dejando de lado el punto obvio de que imponerles la carga de crear estos resguardos a los países con problemas financieros no se ajusta a la misión del Fondo de proteger la estabilidad financiera, esta lógica ya no es válida, si alguna vez lo fue.
Este año, el FMI va a alcanzar su objetivo de medio plazo de saldos precautorios (cuya necesidad se ha exagerado sobremanera, dado que los incumplimientos de pago por parte de los deudores son extremadamente raros). Una vez que se haya cumplido ese objetivo, los sobrecargos les estarían sacando dinero a los países de medianos ingresos extremadamente endeudados para gestionar el FMI —reduciendo la carga sobre los países ricos—. Pedirles a estos países que financien los bienes públicos globales que brinda el Fondo es un error, especialmente en un momento en que los países deberían estar incrementando la inversión para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible para 2030 de las Naciones Unidas y sus aportes determinados a nivel nacional según el acuerdo climático de París.
La revisión que el FMI divulgó recientemente de su política de sobrecostes brinda una oportunidad para enmendar un sistema disfuncional. El Fondo debería escuchar a quienes reclaman una reforma de los pagos, entre ellos la primera ministra de Barbados, Mia Amor Mottley, el grupo G24 de países en desarrollo y varios legisladores en Estados Unidos.
La opción más simple y efectiva sería, directamente, eliminar los sobrecargos. Si esto resulta políticamente imposible, las reformas podrían incluir un tope de los cargos totales por intereses (la tasa básica más los sobrecargos). El FMI, así, impondría menos cargas excesivas a los países endeudados, especialmente en condiciones monetarias restrictivas, y los sobrecargos disminuirían en tanto aumenta el tipo de interés básico del Fondo.
Otros ajustes técnicos ayudarían a reducir la carga de los sobrecargos. Por ejemplo, el FMI podría aumentar los umbrales para imponer pagos adicionales y alinearlos con los límites actuales de “acceso excepcional”, más allá de los cuales la situación de un país se considera lo suficientemente extraordinaria como para dar lugar a un préstamo fuera del marco estándar del FMI. Contar lo que un país paga en concepto de sobrecargos como pagos principales de los préstamos del FMI también marcaría una gran diferencia.
Aun si los sobrecargos en algún momento tenían sentido como política, en este momento ya no. Las finanzas del FMI son robustas; las finanzas de países como Pakistán y Ucrania no lo son. Obligar a los países a pagar sobrecargos onerosos no hace más que incrementar su carga de deuda. Esta no es la manera de proteger a la economía mundial o de financiar a la institución encargada de la estabilidad financiera global.
24.42.-Cometen con Petro el mismo error que cometieron con Trump – ALVARO FORERO
Presidente Gustavo Petro y candidato a la Presidencia de los Estados Unidos Donald Trump. Foto: Archivo
Hay muchas explicaciones para el triunfo de Donald Trump, pero quizás la más evidente es que la élite que lo combatía, enceguecida de soberbia y odio, se enfocó superficialmente en descalificar la persona y no en entender el fenómeno que representaba. Un fenómeno que consistía más en ella, en sus debilidades y autocomplacencias, que en Trump. Trump solo las estaba ordeñando. Lo mismo puede estar haciendo Gustavo Petro.
11 nov 2024.- Dice Daniel McCarthy en el New York Times “Trump vuelve a la Casa Blanca y, aunque esto no cambiará lo que la mayoría de los críticos piensan de él, debería obligarles a mirarse de cerca en el espejo. Han perdido estas elecciones tanto como las ha ganado Trump. Para sus partidarios, votar por Trump significaba votar para desalojar del poder a una clase dirigente fracasada. Continúa McCarthy: “Trump ha demostrado que las ortodoxias políticas de la nación están en bancarrota, y los líderes de todas nuestras instituciones –tanto privadas como públicas– que basan su autoridad en su fidelidad a tales ortodoxias, son ahora vulnerables”.
Aunque Biden intentó hacer unos virajes económicos en favor de la clase trabajadora, los demócratas y su élite social, mediática, académica cometieron los mismos errores con que le cedieron la presidencia en 2016. Siguiendo con el símil, los mismos que le pavimentaron el camino a la presidencia a Petro con los errores infantiles que señalé durante el gobierno Duque en muchas columnas, en lugar de asumir responsabilidad y cambiar de estrategia, hoy insisten en la misma receta simplista de “atajar a Petro” con escándalos y descalificaciones que, como a Trump, no le quitan un pelo. Trump no logró hacer grandes cambios en su primer gobierno, cometió errores graves en la pandemia, perdió, bajó en las encuestas, pero luego fue inmune a las condenas porque mantuvo su base y volvió a subir. Un líder político que mantiene cohesionada y motivada su base política por encima de un tercio del electorado solo tiene que jugar a las equivocaciones de sus opositores para llegar al 50 %.
Los demócratas creyeron ingenuamente que lograban desprestigiar a Trump ante todos los electores, sin darse cuenta de que con su desprecio y obsesión por el expresidente reforzaban la convicción de los trumpistas de que este es el único que realmente combate al sistema político y social que los excluye. Basaron su estrategia de reelección en descalificar a Trump, sin entender que eso era lo que este necesitaba para mantener vigente su bandera del cambio.
Cuando las demandas sociales de un sector social se despiertan, tienen que ser encauzadas para que no se desborden mediante protestas o las recoja el populismo. Creer que Petro no interpreta a sectores amplios que habían estado huérfanos políticamente y que ya aprendieron a ganar es una necedad que solo explica que sus opositores solo hablan entre ellos. En lugar de descalificar como petristas a quienes miran el fenómeno Petro sin apasionamientos ignorantes, podrían oírlos. Hay que competirle con reformas, negociarle, cambiar de actitud, no solo pensar en derrotarlo.
Más que Trump, a los demócratas los derrotó la miopía de solo mirarlo a él, cuando tenían que mirarse ellos, para entender cómo y por qué él los iba a ordeñar otra vez.
24.42.-Atrapados y presos en Bogotá – GERMÁN VARGAS
Hay que decirlo: con Petro no se construirá una sola obra de infraestructura ni en la ciudad ni en el país. Así de claro.
Con ocasión de la reciente inundación de la autopista Norte, Petro nuevamente me asignó la culpa de lo ocurrido por causa de no haber acogido su propuesta de construir un viaducto entre las calles 192 y 245 en el tramo correspondiente al Distrito Capital.
Todo falso. Jamás el entonces alcalde Petro presentó alguna propuesta para construir este tramo elevado que hubiera permitido la conexión entre los dos humedales. Lo cierto es que Petro nunca solicitó nada al respecto ni al Gobierno ni a la ANI.
16 nov 2024.- Creo pertinente recordarle al señor Petro que siendo yo vicepresidente de la República y dirigiendo el programa de infraestructura más cuantioso e importante de la historia del país, coordiné para que revisaran y evaluaran la estructuración del proyecto APP de iniciativa privada Accesos Norte II o tramo Nación, que ya amplió la autopista Norte a 5 carriles en cada sentido, desde la calle 245 hasta el peaje Andes y a 4 carriles, entre este y La Caro, además de la variante Chía.
Este contrato de concesión se firmó en enero de 2017, y la etapa de construcción que ya está terminada se inició en abril de 2018. Del recaudo del peaje de los Andes se reservó desde entonces un 33,83 % para cofinanciar en el futuro la ampliación de la autonorte y de la carrera 7.ª en el tramo Bogotá. Así, a hoy, hay depositados en una fiducia $ 670.000 millones con este propósito.
En el tramo Nación, que no cuenta con ningún viaducto, a todos nos consta, no se presentó ninguna inundación durante las copiosas lluvias de estos días y que, por el contrario, la hoy ampliada y mejorada carrera 7.ª entre La Caro y la calle 245, con el mismo contrato de concesión que gestionamos en aquel entonces, sirvió como reversible para permitir la solución del monumental trancón que se generó en dicho evento.
Cómo sería de distinto el acceso a la ciudad por el norte si ya se hubiera ampliado a 6 carriles el tramo ciudad y cuyo contrato se firmó en el gobierno Duque por un valor de $ 2,83 billones.
Pero Petro se resiste a que la obra se realice, pasando por alto que fue su propio gobierno el que firmó el Acta de inicio de este contrato que ahora tanto cuestiona y que lleva en sus manos más de 2 años con 0 % de ejecución. Nada de esto nos debería extrañar porque esta ya se ha convertido en marca registrada de su ineficaz e incompetente gobierno.
“Cómo sería de distinto el acceso a la ciudad por el norte si ya se hubiera ampliado a 6 carriles el tramo ciudad y cuyo contrato se firmó en el gobierno Duque por un valor de $ 2,83 billones”
La ruda realidad es que la Anla se ha negado a aprobar el estudio de impacto ambiental que le presentó el concesionario desde julio de 2023. Se gastaron 10 meses para rechazarla, aduciendo razones técnicas, pero sin incluir la exigencia de construir el famoso viaducto entre la calle 192 y la 245.
Pero no solo han frenado la autonorte, sino que también están impidiendo que se extienda la avenida Boyacá entre las calles 185 y 235. Nuevamente la ministra Muhamad decidió atravesarse y para ello presentó una demanda de nulidad contra la ya aprobada licencia ambiental. Absurdo, porque, como bien lo han sostenido el alcalde y el director de la CAR, el proyecto interviene y sustrae solo 20 de las 1.395 hectáreas que tiene la tal reserva Van der Hammen (1,43 %).
En Bogotá hay que acelerar todos los proyectos de entradas y salidas de la ciudad. Iniciar la construcción de la ALO sur, centro y norte. Intervenir la calle 80, la 13, la salida sector 1 a Villavicencio y, claro, terminar la perimetral de Oriente, a hoy ejecutada en un 50 % y suspendida también por temas ambientales. Así mismo, aprobar el proyecto que conecta la autopista con el valle de Sopó. Mejor dicho, si no queremos seguir presos, toca hacerlos todos, y cuanto antes, mejor.
Y ahora pretende Petro meterle teoría a toda esta parálisis que tanto traumatismo causa al desarrollo de la ciudad y a la calidad de vida de sus ciudadanos. Primero dijo que las vías solo eran para los ricos y ahora afirma con el profesor Vikrey que la ampliación de la autopista no tiene sentido, puesto que aumentará la congestión y el uso de vehículo. Hay que decirlo: con Petro no se construirá una sola obra de infraestructura ni en la ciudad ni en el país. Así de claro.
P. D. Gran responsabilidad del Senado este lunes al elegir nuevo magistrado de la Corte Constitucional. Si Petro consigue el voto que le falta para completar la mayoría, todo para este país estará perdido.
https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/atrapados-y-presos-en-bogota-3400350